Silvia Ruiz Díaz
David de la Chica fue denunciado por un presunto delito de malos tratos y está a la espera de juicio. En cambio, lo que más le importa es abrazar a sus dos hijos, a los que no ve desde que lo llevaron arrestado el 5 de noviembre. Explica que se desvivía por ellos y tiene firmas de vecinos que así lo atestiguan.
“Lo único que quiero es ver a mis hijos”. Lo insiste, en varias ocasiones, el marteño David de la Chica García. Este vecino asegura que, desde el 5 de noviembre, no los han visto ni él ni su familia. Tiene una orden de alejamiento con respecto a su expareja y fue denunciado por un presunto delito de malos tratos, aunque él reitera que no es culpable, sino víctima. Emocionado, en el barrio de Santa Lucía, asevera que pasó de estar “veinticuatro horas al día” con sus hijos a no verlos ni saber nada de ellos. “Lo veo absurdo, porque no tengo una orden de alejamiento de mis hijos”, señala. Por eso, reclama un régimen de visitas.
David de la Chica está dispuesto a ir donde sea necesario. Es más, especifica que, si el 1 de enero no ha estado con sus pequeños, acampará en la puerta de los juzgados y, si para el día 5 sigue sin verlos, se plantea ponerse en huelga de hambre. “También me he tenido que ir a Jaén de prestado, y mi casa está vacía en estos momentos. Me parece injusto, porque la hipoteca, los gastos y el seguro de la casa los pago yo”, comenta. “Creo que nadie debería apartar a un padre de sus hijos hasta que no se demuestre la verdad”, agrega.
Este marteño, además, ha reunido firmas de los residentes en el barrio, para defenderlo “como padre, esposo, persona y vecino”. Tiene previsto ir al juicio con varios testigos que declararán cómo se desvivía por sus hijos. A la primera, añade, la llevaba a la escuela, la vestía, la peinaba y la dormía. Al segundo, recalca, le cambiaba los pañales y, con los dos, paseaba por el barrio.
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