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jueves, 8 de marzo de 2012

La Peña de Martos

Martos no tiene pérdida. Es fácil dar con ella. Una enorme peña arropa un caserío blanco que trepa por sus inmediaciones y despunta en mitad de la campiña jiennense. La identidad geográfica de Martos la define la Peña, desde la que se divisa un bullicioso mundo alrededor del aceite de oliva, cuna de este cultivo.

La Peña sirve de seña de identidad del pueblo y cobija el episodio más celebre de la historia de la ciudad, cuando en 1310 dos hermanos, Juan y Pedro de Carvajal, fueron lanzados en una jaula de hierro desde lo alto de la cima acusados de haber dado muerte al favorito de Fernando IV. Antes de caer emplazaron al rey a que se encontrara con ellos ante el tribunal de Dios en un plazo no superior a treinta días. Así ocurrió. El rey murió y pasó entonces a la historia con el sobrenombre del Emplazado.
La silueta de La Peña está coronada por los restos de un castillo medieval y de su primera muralla. Se accede por una carretera que parte del núcleo urbano. Quizá lo más impresionante se encuentra en la visión panorámica, que alcanza el valle del Guadalquivir y la Sierra Sur. A los pies se extiende la ciudad, que cuenta con una segunda fortaleza situada en una elevación. El casco antiguo exhibe elementos importantes como la iglesia de Santa Marta, consagrada en el siglo XIII, o la antigua cárcel, hoy ayuntamiento. Martos está salpicado de rincones, como la villa medieval, y de un entorno en el que se puede visitar el puente romano del arroyo Salado o el castillo medieval de Víboras.

La Vía Verde

El antiguo trazado y estación de ferrocarril del llamado Tren del Aceite (de Linares a Puente Genil), ahora se ha convertido en la Vía Verde del Aceite, un camino para recorrer a pie o en bicicleta. La Vía Verde a su paso por Martos deja a un lado pedanías con encanto como Las Casillas, La Carrasca y Villarbajo, y otras de la vecina Alcaudete como Noguerones. El recorrido se inicia en Martos y una vez distanciados del casco urbano hay que volver la vista atrás y contemplar la imagen de La Peña. Si la vuelta se realiza al anochecer las vistas con la muralla, los torreones e iglesias iluminadas son inolvidables.

Carolina Oubernell | Jaén 
Diario El Mundo

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