Buscar en este blog

lunes, 19 de marzo de 2012

Con Manuel ayer, hoy y siempre


Silvia Ruiz Díaz/Martos La Asociación Manuel Aranda se reúne, desde hace doce años, en Monte Lope Álvarez para recordar la figura del joven seminarista que falleció mártir. Esta vez se trataba de un encuentro muy especial, ya que se conmemoraba el 75 aniversario de su muerte y se inauguraron diversas obras.

“Con Manuel ayer, hoy y siempre”. Con estas palabras, que incluyeron una breve y emotiva historia, el presidente de la Asociación Manuel Aranda, Miguel Bueno, dio la bienvenida a los socios y vecinos de Monte Lope Álvarez que se congregaron para recordar al joven seminarista en el setenta y cinco aniversario de su muerte. El encuentro comenzó con la acogida en el monolito, donde Bueno expresó el dolor que sentía la junta directiva por el fallecimiento de una socia fundadora, Elena Hernández, y también por el “adiós” de Matilde Bellido. Asimismo, agradeció la labor del nuevo párroco, Germán García, y se detuvo en el día en que “el seminarista de los ojos claros y la mirada limpia” murió mártir. “Pasó a pocos metros de aquí, cuando este lugar era olivar y, tal vez, miró a uno y otro lado buscando a un Cirineo que no llegó nunca”, expresó. De ese “ayer” se fue al “hoy”. “Tengo la certeza de que Manuel no ha dejado de hacer ni un solo día el camino que recorrió el 8 de agosto de 1936. Él sigue cruzando por esa carretera, y ya no lleva hombres armados, ni carretillas, ni sombrero”, recordó. Y Manuel Aranda, como concluyó, estará “siempre” presente en Monte Lope Álvarez.
Por su parte, el sacerdote Antonio Aranda contó, en primera persona, la historia sobre la vida de ese joven tan querido de Monte Lope Álvarez. En una jornada tan especial, que se celebra desde hace doce años, se sucedió la peregrinación a la cruz y se inauguraron, por parte de la asociación, las obras de mejora de la vía de acceso a la cruz, así como el recinto de permanencia y la puerta con cristalera en la hornacina que albergará un Cristo y un retrato del seminarista. “También se acompañó de una flor que han enviado a Antonio Aranda unas monjas de Jaén. Y aquí en el monolito tenemos también una artística y bella reja que, además, sirve de protección al conjunto monumental”, expresó el presidente.
Como es habitual se convocó la asamblea anual, que se celebró en la cooperativa. Los asistentes continuaron con la función religiosa en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, y después fue la tradicional comida de convivencia en el Salón Encarni, en el que, como dijo el presidente, se tuvo muy presente el setenta y cinco aniversario “y unos meses” del martirio de Manuel Aranda.
Para terminar la jornada se visitó el santuario de María Santísima de la Villa, donde reposan los restos del seminarista. 

No hay comentarios: