La comunidad parroquial, cofradías, asociación de vecinos y otras entidades de la localidad, le tributaban el pasado domingo un homenaje en el transcurso de una misa de acción de gracias
No todos los días alguien puede decir que lleva más de setenta años vinculado un lugar. Este es el caso del sacristán de la parroquia de Santa Marta, Rafael García Rincón, quien con sólo siete años, pasaba a formar parte del grupo de monaguillos de la principal parroquia de la localidad, para años después, ser designado como sacristán, cometido éste, que ha desempeñado fielmente desde hace más de cincuenta y cinco años de forma ininterrumpida, siendo uno de los marteños más conocidos por sus vecinos, que, generación tras generación, han visto como este trabajador incansable, ha compartido con ellos los momentos más alegres y los más amargos de sus vidas.
La comunidad parroquial, cofradías, asociación de vecinos y otras entidades de la localidad, le tributaban el pasado domingo un homenaje en el transcurso de una misa de acción de gracias a la que asistieron algunos sacerdotes que han pasado por la parroquia, tras la cual, se le hacía entrega de una réplica de la imagen de Santa Marta, patrona de Martos, y se descubría una placa en la sacristía en la que el ha desarrollado su labor durante todos estos años.
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