La Cofradía de María Auxiliadora no pudo completar su desfile por la lluvia, pero recibió el cariño del barrio de Nuevo Martos. Los pasos tuvieron que volver pero, una vez que cesaron las precipitaciones, bailaron sus imágenes por la zona durante unas horas más.
La Cofradía del Cristo del Amor y María Auxiliadora salió triunfal de la parroquia de San Juan de Dios. Sus pasos llenaron de emoción el Nuevo Martos, pero la hermandad no pudo completar su camino y tuvo que regresar al templo cuando se encontraba en la calle Ingeniero García Pimentel, cuando empezó la lluvia. El paso de misterio, acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno de Alcaudete y adornado por un friso de claveles granates, volvió a deslumbrar con una espectacular imagen, la de Claudia Prócula, mujer de Poncio Pilato.
María Auxiliadora iba radiante. Con rosas y gladiolos, caminó arropada por decenas de mantillas. Con el ritmo de la Banda de Música de Torres, desfiló entre los aplausos de sus fieles y fue rodeado de nazarenos de Jesús Resucitado y La Esperanza. Tampoco faltó, como manda la tradición, el acompañamiento de la Guardia Civil, un Cuerpo que tiene estrechos lazos con esta hermandad, si bien este año no se pudo realizar la ofrenda floral a la Virgen del Pilar. En el cortejo también hubo representación del equipo de Gobierno, y se hizo realidad otro de los instantes más emotivos, la llegada a la casa de la familia Jiménez Galán, el lugar desde donde salió por primera vez a la calle la hermandad. Por último, al cesar la lluvia, la cofradía “bailó” sus pasos por el barrio e, incluso, se produjo un reencuentro entre María Auxiliadora y el Cristo del Amor.
Por otra parte, la Cofradía del Santísimo Cristo de la Fe y del Consuelo comenzó su jornada temprano, con un desayuno entre los hermanos y la preparación del trono en la parroquia de Santa Marta. Celebraron un día de convivencia, y se homenajeó a los costaleros que durante veinticinco años portaron el paso rodeados de cientos de nazarenos encadenados. Finalmente la cofradía no pudo salir en procesión por el intenso aguacero de anoche. SILVIA RUIZ DÍAZ / MARTOS
María Auxiliadora iba radiante. Con rosas y gladiolos, caminó arropada por decenas de mantillas. Con el ritmo de la Banda de Música de Torres, desfiló entre los aplausos de sus fieles y fue rodeado de nazarenos de Jesús Resucitado y La Esperanza. Tampoco faltó, como manda la tradición, el acompañamiento de la Guardia Civil, un Cuerpo que tiene estrechos lazos con esta hermandad, si bien este año no se pudo realizar la ofrenda floral a la Virgen del Pilar. En el cortejo también hubo representación del equipo de Gobierno, y se hizo realidad otro de los instantes más emotivos, la llegada a la casa de la familia Jiménez Galán, el lugar desde donde salió por primera vez a la calle la hermandad. Por último, al cesar la lluvia, la cofradía “bailó” sus pasos por el barrio e, incluso, se produjo un reencuentro entre María Auxiliadora y el Cristo del Amor.
Por otra parte, la Cofradía del Santísimo Cristo de la Fe y del Consuelo comenzó su jornada temprano, con un desayuno entre los hermanos y la preparación del trono en la parroquia de Santa Marta. Celebraron un día de convivencia, y se homenajeó a los costaleros que durante veinticinco años portaron el paso rodeados de cientos de nazarenos encadenados. Finalmente la cofradía no pudo salir en procesión por el intenso aguacero de anoche. SILVIA RUIZ DÍAZ / MARTOS
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