Jesús de la Pasión desfila arropado por María de Nazareth

Foto: Juan Carlos Fernández

Silvia Ruiz Díaz/Martos
Jesús de Pasión no desfiló solo en la noche del Lunes Santo. Detrás, con su manto verde oscuro y la antigua cruz del Cristo, rodeada de orquídeas blancas, le acompañaba, por primera vez, María de Nazareth. Fue uno de los desfiles más esperados de la Pasión marteña.

Hasta el último minuto miró al cielo la Hermandad de la Santa Vera Cruz. Llovía, pero, al final, con algo de retraso, pudo salir de la parroquia de San Juan de Dios. En el interior, justo antes de abrir las puertas, la hermana Inmaculada Cuesta leyó la oración “Vosotros sois mis amigos”. Y también dentro del templo, una primera levantada para el paso de misterio, en el que el capataz, Diego Moya, recordó a los “cristianos que son perseguidos hoy en el mundo”. “Sentíos orgullos de ser hijos de Dios”, dijo a los veinticinco costaleros. Mientras tanto, en el exterior de la iglesia, una multitud esperaba el desfile. Deseaba que se hiciera realidad la primera fase de uno de los proyectos más esperados por la hermandad, cuya novedad fundamental era la salida, por primera vez en procesión, de María de Nazareth. Y se abrieron las puertas de San Juan de Dios. Primero, Jesús de Pasión, rodeado de claveles granates a juego con su túnica y una impresionante cruz y un majestuoso trono, que contó con el acompañamiento de la Capilla Musical Virgen de la Consolación de Granada. A continuación, la Madre de Dios, portada por treinta y tres costaleras, con un trono adornado de orquídeas y velas y con la antigua cruz del Cristo, como símbolo de salvación. Con un paso más rápido del habitual, finalmente siguieron su camino.
Mientras tanto, el “Vía Crucis de los jóvenes”, con el Cristo de las Penas, paseaba por la ciudad.

Diario Jaén