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miércoles, 4 de abril de 2012

El Cautivo desfila en el templo arropado por La Trinidad


Silvia Ruiz Díaz/Martos
Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad no pudieron 'danzar' por las calles de Martos. La lluvia lo impidió y, para hacerle frente a ella, la cofradía decidió 'desfilar' en el monasterio y asomar sus imágenes a la calle ante una  multitud que esperaba emocionada.

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de la Túnica Blanca y María Santísima de la Trinidad en su Mayor Dolor y Desamparo lo intentó hasta el último momento, pero no pudo manifestar su fe por las calles de la ciudad. Quinientos nazarenos esperaban en un abarrotado monasterio de las reverendas madres trinitarias, pero, pasadas las nueve y cuarto de la noche, y después de asomar la cruz de guía entre los insistentes aplausos de una multitud que se congregaba en la Real de San Fernando, la cofradía no tuvo más remedio que suspender la procesión. Los anderos, abrazados, no podían contener la emoción. Y los fieles, que a pesar de los chubascos esperaban en el exterior, se merecían una recompensa. Por eso, la hermandad decidió asomar sus imágenes a la puerta. Al interior entró primero la Agrupación Santo Sepulcro de Palma del Río (Córdoba), que tocó para un paso del Cautivo que estrenaba tulipas de cristal e iba adornado con claveles rojos. Más lágrimas, aplausos y saetas, como las que cantaron María Luisa de la Torre, Antonio Carrillo y dos de sus alumnas, hicieron vibrar al templo.
Jesús, con las manos atadas, bendijo a sus fieles ante la atenta mirada de las monjas de clausura. Los aplausos fueron después para la Madre de Dios, que también desfiló en el monasterio con el ritmo de la Banda de Música Ciudad de Porcuna y lucía, por primera vez, unas rosas de blanco roto, además de orquídeas. “¡Viva Jesús Cautivo!”. “¡Viva La Trinidad!”. Los vítores no cesaron en  momento alguno en un Martes Santo que, aunque frustrado por la lluvia, estuvo cargado de Pasión.

Diario Jaén

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