Con la ilusión de promover el flamenco y las ganas de que el casco antiguo cobre vitalidad, el profesional Antonio Carrillo fundó una atractiva asociación cultural. Los alumnos aprenden a cantar, bailar y tocar la guitarra o el cajón. Realizarán exhibiciones y acompañarán a los artistas.
El artista Antonio Carrillo Amate da clases de cante flamenco en un local de la calle La Fuente. Su hijo, Daniel Carrillo Chiquero, enseña a los alumnos la iniciación a la guitarra. El nivel medio y avanzado de este instrumento y del cajón corre a cargo de Carlos Cañada Serrano. A la lista de unos profesionales que “quitan el sentío” se suma Lucía Yeguas Carrillo, que imparte baile flamenco y sevillanas. Todas estas iniciativas se fusionan en una sola, y que recibe el nombre de Asociación Cultural Flamenca Antonio Carrillo Amate.
La razón de ser de esta escuela, que acaba de comenzar su andadura, es promover un arte que fue catalogado como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. El proyecto de Antonio Carrillo, que es muy conocido en la ciudad por su prodigiosa voz, nació, este mes, de esa ilusión y, de momento, ha contado con una buena respuesta. “La idea es buscar gente nueva en el flamenco”, señala, y recuerda que, además, tiene otro objetivo: dar más vida al casco antiguo marteño, donde se ubica la escuela. Para ello, agrega, los alumnos participarán de forma muy activa en las clases y, cada cierto tiempo, se realizarán exhibiciones en las que podrán demostrar todo lo aprendido. Las actuaciones, como especifica Antonio Carrillo, serán en una taberna flamenca ubicada en el mismo inmueble, cuyos preparativos se ultiman, y la idea más novedosa es que acompañarán en directo a los artistas.
La técnica de enseñanza tiene un objetivo fundamental. Como precisa el impulsor de esta asociación, los alumnos estarán “desde el kilómetro cero” del baile, el toque o el cante con los profesionales. Por ejemplo, interpretarán una saeta en la que estarán presentes los guitarristas y aprenderán a perder el miedo escénico delante de sus familias y de sus compañeros.
La vivienda de la calle La Fuente se encuentra totalmente acondicionada para cada clase que se imparte y dispone de diversas salas. Los horarios son flexibles y se adaptan a cada grupo de edad o nivel de perfeccionamiento. El gran reto es que de allí salgan artistas que lleven con orgullo el nombre de su tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario