SILVIA RUIZ DÍAZ / MARTOSLa residencia de mayores Nuestra Señora de los Desamparados prepara, desde hace más de un mes, su carroza. Cada año, acompaña a la Virgen de la Victoria en su camino hacia la Peña. Los grandes protagonistas son los ancianos, que con su ilusión son capaces de romper todas las barreras.
La inquietud de peregrinar en romería, preparar una carroza y cantar a la Virgen de la Victoria no entiende de barreras ni tampoco de edad. Es algo que la Residencia de Mayores Nuestra Señora de los Desamparados tiene bien claro y, por eso, los usuarios se ponen de nuevo “manos a la obra” y pasearán el sábado, por décimo año, junto a la Reina de la Peña. La madre Asunción es una de las organizadoras, y destaca la implicación de los ancianos que, desde hace un mes y medio, recortan papeles y hacen las flores. Como es habitual, el 1 de mayo, día de San José de la Montaña, esos adornos comienzan a lucir en la fiesta del asilo. “Este año, además de los residentes, han colaborado Gráficas La Rambla, que nos dio el papel, y la Carpintería Manuel Luque, que se encargó de recortarlo”, precisa. “Luego está la ayuda de las dos animadoras socioculturales, Rocío Miranda y Ana Anguita, que es la diseñadora de la carroza y que indica a los mayores lo que tienen que hacer. También destaca la ayuda de Amador Peña, de Construcciones Peña Caballero, que siempre nos presta su camión e incluso pone al conductor para que los abuelitos se puedan montar. Es de agradecer la labor, porque se desprende del camión el jueves y el viernes, que son días de trabajo”, especifica la religiosa, que subraya que los ancianos están encantados con la iniciativa, ya que incluso se visten de flamencos para la ocasión.
La madre Asunción recuerda que, cuando era seglar, nunca se vistió de flamenca o había ido de romería, pero es consciente de la ilusión de los mayores. “Antes iban a Andújar, a la Virgen de la Cabeza, pero venían muy tarde y cansados. Entonces pensamos que, teniendo una en Martos, era una gran idea que pudieran participar”, afirma. “Si no fuera por ellos, con el coste que tiene todo, seguramente ni lo haríamos”, agrega.
Muchos de los usuarios del asilo van en sillas de ruedas, pero no importa. En sus ojos, brilla el entusiasmo de cantar y acompañar a la Virgen de la Victoria y la música romera y las sevillanas que suenan en la residencia les recuerda que ya queda poco para “el gran día”.
Fuente: Diario Jaén
No hay comentarios:
Publicar un comentario